Se dice cuando alguien queda pero que arde de rabia, así mal, a punto de reventar y mandar todo a la cresta. Es como estar picado, pero en modo volcán. Se usa harto en el sur de Chile, sobre todo si la persona se pone brígida y no hay quién la calme. Y sí, suena fuertecito.
"Le dije que el vecino le botó la reja y quedó estaquilado al tiro, rojo como tomate, echando chispas y jurando que iba a ir a encarar al compadre."