Se dice cuando alguien está que arde de cabreo, echando humo y soltando chispas por la boca. Vamos, que está tan enfadado que parece una brasa viva en una barbacoa. Se usa mucho para exagerar el mosqueo y dejar claro que mejor no tocarle las narices en ese momento.
"El Juan se enteró de que curra en el puente y se puso hecho una brasa, dando portazos y diciendo que vaya tela con el jefe."