Se usa en Catamarca para decir que alguien anda contento, alegre y medio picarón, como con chispa en el cuerpo y ganas de hacer alguna travesura. No es solo estar de buen humor, es estar con una energía juguetona que se nota a kilómetros. Y la verdad, cuando uno está pipiringo, se le perdona casi todo.
"Anoche salí a tomar unas birras con los changos y hoy ando re pipiringo, hasta el del kiosco me dijo que qué onda que ando tan sonriente."