Se usa cuando alguien se mandó una cagada importante y sabés que lo van a cagar a pedos fuerte. La idea es que está tan en el horno que parece que le van a señalar el error con un dedo larguísimo, casi infinito. Es bien de barrio, medio exagerada y con ese humor neuquino que te hace reír aunque estés frito.
"Che, te comiste la vianda de la oficina que tenía el nombre del jefe pegado. Cuando se entere, estás para un hectómetro, papá, ni el mate te salva."