Se dice cuando algo se empieza a poner intenso y ya huele a descontrol, como que la cosa se va a prender en cualquier momento. Puede ser bronca, chisme, fiesta o drama, pero siempre con ese punto de emoción de ver qué pasa. Es una forma de avisar: ojo, que aquí se arma.
"Todo estaba relax en la reunión, pero soltaron el chisme de la ex y se picaron. Ya pues, fuego en el monte, esto se va a poner bueno."