En Sucre, un guaricho es el que va a su bola con la moda y aun así se ve facha. No sigue tendencias, las tuerce a su estilo, con pinta de que se armó el outfit en cinco minutos y le salió perfecto. Suele ir bien arreglado, con accesorios llamativos y actitud de pasarela por la plaza. Y sí, se nota.
"Mirá a ese guaricho, hoy cayó con guayabera, lentes oscuros y anillos hasta en el meñique. Dice que no copia a nadie, pero medio Sucre ya lo está imitando."
Palabra muy boyacense para hablar de los niños, casi siempre con cariño y un poquito de vacile. Sirve para esos pelados que no paran quietos, que arman alboroto y llenan la casa de ruido y risa. No suena ofensivo, más bien suena a pueblo, a plaza y a tía gritándole al sobrino mientras se ríe por dentro.
"Mire ese guaricho, lleva una hora dando vueltas a la plaza, se sube a las bancas, persigue las palomas y ni se acuerda que la mamá le dijo que no se ensuciara."