Se dice cuando alguien te tiene ahí, dándote charla al pedo, repitiendo lo mismo o metiéndose en detalles que no le importan a nadie, hasta que te deja la cabeza quemada. Es como que te hacen perder el tiempo y la paciencia a la vez. Muy de quejarse con humor, pero con bronquita real.
"El profe se mandó una hora con el mismo PowerPoint y nos tuvo haciéndonos pelotudear al loro, ya está, cortala y larganos."