Se dice cuando alguien o algo queda reventado, en pésimo estado o totalmente destruido. Puede ser físico, como después de una caída, o más de ánimo, como cuando la vida te da duro. Es como decir que quedaste vuelto nada, sin energía y sin ganas ni de parpadear. Duele solo de oírlo.
"Parce, después de esa parranda y el guayabo bravo, quedé hecho pedazos. Me levanté tarde, con la cabeza sonando y caminando como si me hubieran dado una paliza."