Se dice para animar a alguien a que le ponga ganas, esfuerzo y buena actitud a lo que sea, aunque ande bajoneado. Es como un empujoncito cariñoso tipo “dale, tú puedes”, muy de México. No es magia literal, pero a veces levanta más que un café cargado, la neta.
"No te agüites por el examen, compa. Échale ganitas esta semana, repasa un rato y el lunes llegas bien filoso a rifártela."
Se dice para animarte a ti o a otra persona a ponerle más esfuerzo y actitud a algo, aunque ya estés cansado o con cero ganas. Es como un empujoncito cariñoso: no te rajes, tú puedes. Muy de México, y en Querétaro se oye un montón cuando toca sacar la chamba adelante.
"Ya sé que te desvelaste y andas bien zombie, pero échale ganitas al examen, te echas un cafecito y sales rifado."
Frase muy tapatía para decir que le pongas más esfuerzo, cariño y actitud a algo, no solo cumplir por cumplir. Es como meterle corazón, no rajarte y hacer las cosas bien hechas, aunque te dé flojera. Suena tierna, pero también es medio regaño disfrazado, y hay que admitir que tiene su encanto motivador.
"Ya vas tarde con la tesis, mijo, deja el TikTok y échale ganitas, porque así como vas ni el perro te va a creer que estudiaste en la UdeG."
Significa hacer un esfuerzo extra o ponerle corazón a algo, especialmente cuando las cosas no están yendo como esperabas.
"No te desanimes, compa. Aunque el examen estuvo perro, tú sólo échale ganitas pa' la próxima."
Frase motivadora típica mexicana que significa ponerle esfuerzo a algo, dar lo mejor de ti en situaciones complicadas. Usada frecuentemente por mamás y jefes optimistas para insuflar ánimo.
"Aunque andes desvelado, mijito, ¡échale ganitas a la escuela que ya casi es viernes!"
Significa ponerle empeño a algo, pero con ese toque cariñoso y motivador que te daría tu abuelita para que no bajes la guardia.
"Ya sabes compa, aunque el curso esté canijo, échale ganitas y verás que pasas con honores."