Entregar el marrano

Dicho nariñense para cuando alguien por fin se decide a dar el paso y comprometerse de verdad, sobre todo en temas de pareja. Es como dejar de marear la perdiz y ponerse serio con la relación, ya sea formalizando, presentando a la familia o hablando claro. Suena chistoso, pero el mensaje es bien directo.

"José lleva meses con María y nada que entrega el marrano. Ya le toca ponerse serio, presentarla en la casa y dejar tanta vuelta, ¿o qué?"

Ranguachar

Verbo bien nariñense para decir que te vas de farra a lo bestia, con desorden, trago y jolgorio, hasta quedar vuelto nada al día siguiente. Es como pegarse una rumba sin frenos, de esas que te dejan con la cruda brava y la dignidad en modo ahorro. Si lo oyes, prepárate para el caos.

"Cobramos la quincena y de una nos fuimos a ranguachar por el centro, entre pola, música y desorden. Hoy amanecí con la cruda brava y sin saber dónde quedó mi gorra."

Hecho pedazos

Se dice cuando alguien o algo queda reventado, en pésimo estado o totalmente destruido. Puede ser físico, como después de una caída, o más de ánimo, como cuando la vida te da duro. Es como decir que quedaste vuelto nada, sin energía y sin ganas ni de parpadear. Duele solo de oírlo.

"Parce, después de esa parranda y el guayabo bravo, quedé hecho pedazos. Me levanté tarde, con la cabeza sonando y caminando como si me hubieran dado una paliza."

Escalarañado

En Nariño se le dice a alguien escalararañado cuando anda medio ido, distraído o desubicado, como con la cabeza en otra parte. Es ese que está presente de cuerpo pero la mente se le fue a pasear, y por más que le hables, no aterriza. Suena chistoso y sirve para vacilar sin tanta mala leche.

"Dejá de mirar al techo, ñaño, que estás escalararañado y se te quema el arroz otra vez. Ponete pilas, pues, que ya viene mi mamá."

chapetón

En Nariño le dicen chapetón al forastero, sobre todo al que viene de afuera y se nota a leguas: blanquito, con las mejillas rojas por el frío o la altura, medio desubicado y mirando todo como si fuera postal. No siempre es insulto, más bien una forma burlona de decir: este man no es de por aquí.

"Vea pues, ese chapetón anda con las cachetes colorados y preguntando por dónde queda la plaza, como si no hubiera visto montaña en la vida."

Echar culebra

En Nariño se dice cuando vas a salir de rumba sin freno, a parchar duro y a darle hasta que el cuerpo aguante. Es plan de bailar pegadito, sudar la camiseta y olvidarte del mañana por unas horas. No es elegante, pero sí sabroso. Si te invitan, ya sabes que la noche se va a alargar.

"Este viernes vamos a echar culebra en el bar nuevo del centro, caiga con buena pinta y plata pal taxi, porque mañana nadie responde."

Cerrar el catre

Se dice cuando alguien ya se va a dormir o a meterse a la cama, como dando por terminado el día. La idea viene del catre, esa camita sencilla, y suena a plan de descanso sin vueltas. En Nariño se usa bien casual, tipo: ya no hay más charla, me pierdo a dormir.

"No joda, ya me dio sueño y mañana toca madrugar a la plaza. Apague la luz y cierre la puerta, que yo ya voy a cerrar el catre."

Zancocho

En Nariño, zancocho se usa para hablar de un enredo o un desorden tremendo, como cuando todo se vuelve un caos y nadie entiende nada. Puede ser una fiesta pasada de vueltas, una reunión que se descontrola o cualquier situación con mucho alboroto. Ojo, que también es una sopa, pero aquí es puro relajo.

"En la fiesta de Juan se armó un zancocho brutal, uno con la bocina a todo taco, otro buscando la chaqueta y mi primo bailando encima de la mesa como si fuera tarima."

Tablazo

En Nariño se dice tablazo cuando alguien se manda una cagada grande o hace una torpeza bien brava y queda en evidencia. Es como pegarse un porrazo, pero en versión social, de esos que te dejan rojo y a los demás muertos de risa. No es maldad, es que el ridículo a veces viene con combo.

"Santi todo galán con flores y serenata, y cuando llega donde la novia le dice feliz cumpleaños… y era el aniversario. Se mandó severo tablazo y la suegra casi se atraganta de la risa."

Echarle rama

Se dice cuando alguien se pone en modo relax total: tirarse a descansar, vaguear un rato o pasar el tiempo sin afán, como dejando que el día corra solo. En Nariño suena bien de parche tranquilo, de no hacer nada productivo y cero culpa. Ideal para domingos, sobremesas largas y planes que no son planes.

"Salí del camello, me compré un cafecito y me fui a la cancha a echarle rama con los panas, viendo pasar la gente como si nada."

Camellar

En Nariño y en buena parte de Colombia, camellar es trabajar, currar o meterle duro a la chamba, casi siempre porque toca y no hay de otra. Vale para el trabajo formal o para cualquier rebusque del día a día. Suena muy de calle y bien juvenil. Y sí, cero camellos de verdad.

"Parce, hoy no hay plan, me toca camellar hasta tarde porque ando pelado y quiero cuadrar pa' las polas del finde."

Empijamarse

Verbo bien casero para decir que te pones la pinta de estar por la casa, normalmente el pantalón de pijama o ropa bien suavecita, con la misión clara de no hacer nada productivo. Es el modo descanso oficial: sofá, cobija y cero planes. Si alguien te busca, estás empijamado y punto.

"No me llamen pa’ nada, hoy me empijamo temprano, me tiro en el sofá con una peli y un cafecito, y que el mundo espere."

Comer como náufrago

Se dice cuando alguien come con un hambre salvaje, como si llevara días sin probar bocado. Es esa forma de devorar sin culpa, repitiendo plato y limpiando la olla si hace falta. En Nariño suena muy natural para describir a quien llega reventado y se manda un banquete. Y sí, la dieta queda en visto.

"Volví del cerro muerto de hambre y me serví dos platos de cuy con papitas, comí como náufrago y ni pregunté si quedaba más."

Hacer motoso

Se dice cuando alguien se pone a inventar excusas para zafarse de un plan, sobre todo si hace frío, llueve o da pereza salir. Es el típico que mira por la ventana, siente el sereno y de una ya le duele todo. Vamos, puro cuento para no ir y quedarse arropado.

"No me salga con motoso, mijo: póngase la chaqueta y camine, que ya compré las boletas y así esté helando igual vamos."

Bichote

En Nariño se usa para hablar del que manda en el parche, el que tiene la última palabra y todo el mundo respeta. Puede ser el líder del combo, el que pone las reglas o el que siempre resuelve los problemas. No siempre es algo malo, pero sí deja claro que esa persona tiene poder y se cree la gran cosa.

"Ese man Jairo sí es bichote, llegó tarde a la fiesta, puso su música, se adueñó del parlante y todo el parche terminó haciendo lo que él decía."

Andar en la chiva

En Nariño se dice cuando alguien anda de aquí para allá, metido en chismes o en vueltas, sin oficio claro y siempre con un cuento nuevo. No es que vaya en una chiva de verdad, es más bien que vive rodando, apareciendo en todo lado y enterándose de todo. Útil para echar pulla con cariño.

"¿Y Juanito qué? Ese man no trabaja ni estudia, vive andando en la chiva, hoy en el barrio de arriba y mañana en el centro, oyendo chisme y armando cuento."

Mandilear

Verbo bien de parche para decir que alguien hace de todo por la pareja y se deja mandar sin chistar. Viene del mandil, como el estereotipo del que anda de “juicioso” en la casa y no se despega ni pa’ respirar. No siempre es malo, pero cuando te desapareces del combo, ya estás mandileando duro.

"Parce, Jairo ya no sale ni a jugar micro porque la novia lo tiene en videollamada. Ese man anda mandileando re duro, ni el domingo se asoma."

Luego va

Dicho bien nariñense para responder con sarcasmo cuando algo no va a pasar ni por casualidad. Es el equivalente a un sí, claro, pero con la ceja levantada y cero intención de cumplir. Se usa para cortar promesas flojas, planes que dan pereza o excusas mal armadas. Y suena tan serio que da risa.

"—¿Hoy sí vas a madrugar y llegar temprano? —Sí, sí, luego va, déjeme dormir otro ratico."

Estar catanillo

En Nariño se dice de alguien que anda bien pilas y con ganas de aprender, como curioso y atento a todo lo que le enseñen. Es esa persona que pregunta, escucha y se mete a cursos por puro gusto. No es que sea sabelotodo, es más bien que está avispado y con hambre de conocimiento.

"Desde que Juana entró a la U anda catanillo, se metió a un curso de japonés, otro de cocina y todavía le queda tiempo pa' preguntar de todo."

Echar lobo

En Nariño se dice cuando alguien se pone en plan conquistador y le cae a otra persona con labia, piropos y toda la intención. Es coqueteo insistente, medio sigiloso, como ir tanteando el terreno hasta que la otra persona afloje la risa. No es literal, es puro cuento y ganas de enamorar.

"En la verbena me la pasé echándole lobo a María, dele y dele con piropos, y ella muerta de la risa, pero no me soltó el número."

Guachafita

Fiesta improvisada y alocada que surge de la nada, donde el desorden y la diversión sin control son los protagonistas.

"¡Se armó la guachafita en casa del Pacho! Nadie sabe cómo empezó, pero terminar bailando encima de la mesa ya era inevitable."

Echar despachito

En Nariño se dice cuando te vas a pegar una siestica corta, normalmente después del almuerzo, para recargar pilas. No es dormir toda la tarde, es un ratico y ya, como para que el cuerpo vuelva a la vida. Si te llaman y no contestas, tranquilo, estás en despachito.

"No me jodan ahorita, que después del cuy y el mote me voy a echar despachito diez minuticos y vuelvo como nuevo."

Entumbiado

Se dice de alguien que anda pegado a un combo o a una sola gente todo el tiempo, como si lo hubieran encolado. No es solo que tenga amigos, es que no se despega ni a palo y siempre cae con los mismos. Puede sonar medio en burla o con cariño, según el tono. Bien de parche.

"Ese Juan anda entumbiado con los pelados del barrio, uno lo invita a jugar y cae con todo el combo, ni para ir al mercado se despega."

Curuchupa

En Nariño se le dice curuchupa a la persona metida, chismosa y bien metiche, la que se asoma a todo y no se pierde ni una. Vive pendiente de quién llegó, qué compró y con quién anda, y encima lo riega rapidito. No siempre es insulto mortal, pero sí te deja claro que no hay privacidad.

"No le digas nada a la doña Rosa, esa es curuchupa nivel Dios: vio tu bolsa del mercado y ya anda preguntando si te mudaste o si te dejaron."

Echar cuento

Se dice cuando te pones a conversar sin afán, echando chisme, anécdotas y carreta hasta que se te va la tarde. Puede ser para pasarla bueno con la gente o para distraer a alguien con pura habladera. En Nariño suena bien cotidiano, de esquina, de visita larga y cafecito.

"Íbamos a estudiar y nada, terminamos echando cuento en la tienda con los panas, hablando del finde y de la vecina chismosa hasta que nos dio hambre."

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