Se usa para decir que alguien se llena de orgullo y vanidad cuando le echan flores y se lo cree demasiado. Es como si el ego se le subiera a la cabeza y se pusiera todo agrandado, creyéndose la última Coca Cola del desierto. A veces hace gracia, pero también da un poquito de pena ajena cuando se les va la mano.

"Desde que a Fabián le dijeron en la verbena del pueblo que canta como Silvestre Dangond, anda inflándose como un globo y ya ni saluda al combo del barrio."

¿Te gusta nuestro diccionario?

Además de rebuscar expresiones cañoneras, también contamos chistesitos.

Échale un ojo, si no te ríes en 10 segundos, te hacemos un descuento.

Tu cesta: 0,00 € (0 productos)
Imagen del producto

Tu Carrito de Magia

Tu carrito está vacío. ¡Adopta un Magikito!