Se dice cuando alguien se larga sin avisar y desaparece un rato, como si se lo hubiera tragado la tierra. Puede ser porque se hartó, porque le dio la gana o porque andaba en plan misterioso. Es muy de soltarlo con tono de chisme: se fue y ni adiós dijo. Y sí, suena a travesura.
"¿Y el Luis? Estaba bailando bien a gusto y de repente se fue de tiliche. Dejaron la bocina prendida, la hielera abierta y nadie supo ni con quién se peló."