En Áncash se dice cuando alguien te da un susto de broma, o cuando hablas en plan supersticioso del típico fantasma que te jala el pie mientras duermes. Se usa mucho para meter miedo jugando, para vacilar al que es bien asustadizo, o para advertir con humor antes de dormir. Da risa, pero de noche pica.
"Ya deja de contar historias de aparecidos, causa, que luego me duermo y siento algo y digo: ya fue, me jalaron la pata otra vez."