En Venezuela se dice cuando te pegas una comilona seria, de esas que comes como si no hubiera mañana y acabas con la barriga pidiendo tregua. Es el plan perfecto para después de una rumba, una parrilla o una visita a casa de la abuela. Si sobra, mejor, porque aquí nadie se queda con hambre.
"Después de la fiesta patronal nos fuimos pa' la casa y nos dimos una jartadera de arepas asadas con queso de mano y guasacaca, quedamos que no cabía ni un suspiro."