Se usa en República Dominicana para hablar de cuando alguien sale huyendo a toda velocidad para zafarse de un problema o una situación incómoda. Es como meter un sprint del pánico, ya sea por el novio celoso, la doña chismosa o el cobrador intenso. Suena gracioso, pero casi siempre hay drama detrás, y ahí está la vaina.
"Loco, cuando vi al cobrador doblando la esquina con esa cara de pocos amigos, metí una juyilanga tan heavy que hasta dejé las chancletas botadas en la acera."