Se dice cuando alguien termina quedándose con el reconocimiento, los aplausos o el crédito de algo, como si fuera el campeón del cuento. A veces es merecido y otras es puro show, porque el que de verdad se partió el lomo fue otro. Va perfecto para rajar de los vivos que se cuelan.
"Chamo, Carlos ni apareció en las reuniones y al final se llevó la medalla. Nosotros pegados hasta tarde y él ahí, como si nada, cobrando gloria."