Se dice cuando alguien te avienta una mirada bien pesada, de esas que te ponen en tu lugar sin soltar una palabra. Es como un aviso de no te pases o bájale dos, y suele venir con cara seria y ceja levantada. En Sinaloa es el clásico poder de mamá o de la hermana mayor. Y sí, funciona.
"En la carne asada se puso de payaso con la suegra y su mamá le soltó un lupeo que lo dejó calladito y hasta se fue por otra soda."