Se dice cuando alguien arma quilombo con ruido, gritos o alboroto y rompe la calma del lugar. Vale para el que pone la música al palo, el que se pone a cantar como en la cancha o el que no sabe hablar bajito ni aunque esté en una siesta eterna. En Córdoba se usa mucho para marcar al pesado sin vueltas.
"Estábamos re tranqui en el río y el Juani cayó con el parlante al palo, se puso a cantar cuarteto y a meter bulla como si fuera el Kempes."