En Paraguay se le dice ñañuelita a la persona floja, que hace todo a medias y siempre deja las cosas para después. Empieza mil proyectos y no termina ninguno, vive pateando el balón para adelante. Es como ese amigo que promete ayudar, pero al final se hace humo. Y hay que admitir que la palabra suena tierna aunque sea un palo.
"No le encargues el asado a Carlos, es un ñañuelita, va a prender el fuego a las mil y quinientas y al final terminamos comiendo chipitas frías nomás."