Se suelta cuando algo ya se fue al carajo y solo queda resignarse. Es como decir “ya valió” o “no pues, ni modo”, con ese tonito de derrota bien mexicano. Sirve para un problemón o para una mini tragedia cotidiana, tipo que todo te sale mal en cadena. Y sí, da risa de lo dramático que suena.
"Se me cayó el celular al charco, el Uber me canceló y todavía me regañó mi jefa. No pues, valiendo, ya mejor me regreso."