Se usa cuando alguien llega con ese olorcito inconfundible a marihuana, como diciendo que viene bien prendido o que estuvo fumando hace nada. No es que huela raro en general, es que huele a vareta y todo el mundo se da cuenta. En Risaralda y el Eje Cafetero se pilla al vuelo, y hay que admitir que la expresión tiene su gracia.
"Parce, apenas entró el profe al salón empezó a oler a vareta y todos miramos a Jairo, que venía muerto de la risa con los ojos todos rojos."