Se dice cuando te da una risa tan fuerte que sientes que te doblas en dos y no puedes ni hablar. Es el típico ataque que te deja con la barriga doliendo y las lágrimas afuera. En Venezuela se usa un montón para contar que algo estuvo demasiado cómico. Y sí, se pega como chisme en cola.

"Juancho soltó el chiste en la reunión y yo me partí de risa, casi me caigo de la silla. Los panas quedaron llorando y la jefa mirando raro, pero ya era tarde."

Reírse mucho, hasta el punto de casi caerse al suelo de la risa.

"¡Tío! Cuando Nico hizo ese chiste del influencer que quería hablar con pingüinos por Zoom, ¡me partí de risa! No sé si fue su imitación o su cara, pero terminé haciendo ángeles de nieve en la alfombra."

Expresión que indica que te estás riendo a carcajadas, como si te estuvieras desarmando. Se usa cuando algo es tan gracioso que sientes que vas a estallar de tanto reír.

"Escuché el chiste del compa Juan y no pude evitar partirme de risa en plena clase. El profe nos miraba con cara de '¿de qué mundo son estos locos?'."

Reírse muchísimo, hasta el punto de no poder parar y sentir dolor en el abdomen.

"Ayer Rubén contaba lo del gato astronauta y yo me partí de risa tanto que terminé llorando, luchando por aire como pez fuera del agua."

Cuando algo te hace tanta gracia que no puedes parar de reír; el chiste es tan bueno que sientes que te vas a desarmar del ataque de risa.

"Ayer en la fiesta, Juanito contó un chiste sobre su abuelita y todos nos partimos de risa; hasta Doña Chole se tiró al piso de la carcajada."

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