Se dice de alguien súper pegajoso, intenso o pesado, de esos que se te pegan y no se despegan ni a palos. Puede ser por ligue, por chisme o por pura ladilla. Vamos, el típico que te sigue a todos lados como si fueras su GPS y tú ya buscando una salida de emergencia.
"Chamo, ese pana está pegao' como un chicle, fui por una Polar y cuando volví ya estaba otra vez al lado mío, qué ladilla."