Apodo para el típico tacaño que se hace el loco cuando hay que poner plata. Se dice que tiene las piernas tan flacas que nunca le alcanzan para llegar a la billetera. Es una forma medio chistosa y medio maldadosa de decir que alguien es agarrado, de esos que cuentan las monedas una por una. Y hay que admitir que la imagen es bien buena.
"Oye, invita tú el completo, si el Pancho tiene piernas flacas, nunca se acuerda de la billetera cuando vamos a tomarnos unas chelas al centro."