Expresión muy usada para decir que alguien ha subido de peso y se ve bien rellenito, casi redondo, como un ponqué recién salido del horno. Se usa mucho cuando la persona ha comido con ganas o lleva un tiempo sin controlarse. Suena graciosa, medio cariñosa y a veces con un toque de burla, pero casi siempre en plan de chanza.
"Desde que la abuela volvió a vivir con nosotros, me pongo ancho como ponqué cada domingo con bandeja paisa, buñuelo, natilla y hasta el postre que ni sé cómo se llama."