En Lara se usa para cuando alguien empieza a comportarse raro, misterioso o medio turbio, como si estuviera tramando algo que no quiere soltar. Puede ser desde un plan sorpresa hasta una vaina chimba, todo depende del tono. Es de esas expresiones que suenan dramáticas y por eso tienen su encanto.
"Chamo, desde que llegó ese negocio nuevo, el José anda calladito, pegado al teléfono y saliendo tarde del trabajo, se está poniendo oscuro con esa vaina fijo."