Se usa cuando alguien se anima a hacer algo arriesgado, incómodo o muy atrevido, como ofrecerse de voluntario para la locura del grupo. Es como decir que se va a lanzar con todo y va a aguantar lo que venga, aunque dé miedito. Suena medio rudo, pero también tiene ese toque de respeto al valiente.
"No manches, el Chuy sí prestó el cuero, se subió al toro mecánico bien pedo y todavía quiso aventarse otra ronda con los ojos vendados."