Expresión muy tolimense para hablar de una situación incómoda, vergonzosa o cuando alguien arma un drama que no venía al caso. Se suelta cuando todo se enreda por bobadas y la gente se pone intensa. Es como decir qué problema tan innecesario, pero con más sabor y un toque de chisme de esquina.
"La profe solo le pidió que leyera en voz alta y el man casi se pone a llorar frente a todo el salón, qué castillo tan bravo el que armó por esa bobada"