Se usa para hablar de alguien que suelta lo que oye sin entender ni la mitad, como si fuera un loro en modo eco. Vale para el típico colega que repite chismes, opiniones o frases profundas sin tener ni idea. Es un poco burla cariñosa, aunque a veces también se dice con mala leche, según el tono.
"Tía, no te rayes con lo que dijo Marcos en el grupo, ese solo repite como un loro lo que escucha en la tele y luego va de experto por la vida."