En Yaracuy se usa para hablar de una pelea fuerte, ya sea a gritos o a golpes, donde la gente se da con todo sin mucho filtro. Es como decir que se armó una trifulca bien sabrosa, con insultos creativos, empujones y bastante drama. No suena fino, pero hay que admitir que la expresión tiene su encanto violento.
"Anoche en la esquina de la plaza se reventaron una piña por un gol mal anulado y terminaron tirando las sillas del puesto de pepitos"