En Chihuahua se usa roñar para hablar de alguien que está mordisqueando o masticando algo duro o difícil, como un hueso, un cuero o un pedazo bien tieso. Va con la idea de darle y darle con ganas, casi con coraje, hasta sacarle lo que se pueda. Suena muy de rancho y bien norteño.
"Compadre, ya deja de roñar ese cuero, vas a acabar sin muelas. Mejor agarra otro burrito y ese sí te lo echas a gusto."
En Santiago del Estero se usa roñar para hablar de alguien que hace ruido molesto, como motor viejo, o que se la pasa quejándose y refunfuñando por todo. Es ese runrún pesado que no deja en paz a nadie. A veces da risa, pero cuando se ponen intensos dan ganas de desenchufarlos un rato.
"Dejalo a Juancito, está roñando desde la siesta porque no le prestaron la moto para ir al baile, parece escape de moto chino todo agujereado."