Forma cariñosa y medio burlona de hablar de un vato que ya trae alma de señor aunque esté joven. Le encanta platicar del clima, de cómo estaba el pueblo antes, usa sandalias con calcetines y se emociona con ir a la panadería temprano. No es insulto directo, pero sí es una pedradita con cariño, y la neta suele dar mucha risa.
"Mira al señorcito, bien peinado, con su sombrerito, sus chanclas con calcetín y levantado desde las seis nomás para ir por el pan y platicar del clima con la doñita de la tienda."