Se usa en Piura para hablar de alguien súper inquieto, travieso y medio salvajón, que no para quieto ni un segundo. Es esa persona que parece tener hormigas en los pies y energía infinita, como si viviera trepando árboles y corriendo por el monte. A veces desespera, pero también da risa verlo en acción, porque es puro desorden con patas.
"Oye, ese Pepe no se queda quieto ni cuando come, parece mono de monte, se sube a las sillas, corretea por toda la casa y hasta al perro lo vuelve loco"