En Guatemala, decir que alguien es un relámpago es llamarlo de mecha corta: se enciende rapidito, se enoja por nada y arma el show en dos segundos. No es que sea malo, es que explota y luego ya, como tormenta de verano. Úsalo para advertir que mejor lo trates con tacto si no querés bronca.
"No le contés a Luis que rayaste el carro, vos. Ese cuate es un relámpago, se prende de una y te arma el vergueo en la calle."