Se usa para hablar de una situación que se siente pesadísima, como si tuvieras que escalar una montaña con chanclas. Puede ser chamba, drama familiar o cualquier bronca que exige un esfuerzo brutal. Es como decir que el día viene rudo y que vas a acabar fundido, pero ni modo, hay que darle.
"No inventes, con el tráfico, el jefe intenso y la compu trabada, hoy sí me tocó subir la montaña, ya ando arrastrando el alma por el pasillo de la oficina."