Se dice cuando te levantas con la resaca típica de haberte pasado con el vino tinto, de esas que te dejan la boca como esparto y la cabeza a tambor. Muy de zona vinera, porque aquí la uva manda y el “una copita más” siempre sale caro. Tus neuronas, vamos, siguen en vendimia.
"Ayer nos liamos con el crianza en la peña y hoy tengo una resaca de tinto que me late la sien, dame agua y un pincho, que no soy persona."