Se dice cuando alguien tiene un chisme jugoso, un secretillo fresco que le quema en la lengua y está deseando soltarlo. No es un drama de telenovela, es más bien cotilleo rico de pueblo, de esos que se cuentan en la puerta de casa al atardecer. Y oye, reconocerlo ya es medio vicio asumido.
"Ay, tía, tengo un jachuco que no me cabe en el pecho con lo que hizo el Alfredo en la fiesta, trae pipas que esto da para rato"