Se le dice tibicusi a la gente que se las da de guapetona, habla como si fuera la última Coca Cola del desierto, pero cuando llega el momento de actuar se enfría y se raja. Mucho cuento, mucho tumbao, pero a la hora cero se queda en ná. Y hay que admitir que la palabrita tiene su gracia caribeña.
"Asere, el Yosvani es tremendo tibicusi, en la esquina se hace el tigre con las jevas y cuando una le hace caso se pone más nervioso que un pollo en fiesta de San Lázaro"