Se usa para decir que alguien está muy deprimido, apagado o con una pena seria, como una buena alubiada a la que le han quitado el chorizo y se ha quedado sin gracia. Es una forma muy vasca de exagerar la tristeza mezclando drama emocional con drama gastronómico, que sinceramente duele casi igual.
"Desde que le dejaron en visto y encima se suspendió la alubiada del domingo, el tío va por la cuadrilla más triste que una alubia sin chorizo, ni ganas de pote tiene ya."