Se dice cuando alguien se pasa tres pueblos, pierde el juicio o se manda una idea tan mala que parece que el motor reventó. Viene de la biela del auto, que si se vuela, queda la cagá y no anda ni pa’ atrás. Sirve para retar con humor a un amigo que anda desatado.
"Te volaste la biela, po: ¿cómo vai a invitar a tu ex al asado y más encima pedirle que traiga hielo? Después no llorí si queda la cagá."