Se dice cuando alguien queda aturdido, asustado o medio perdido después de un susto o una situación que lo agarró fuera de base. Como si la vida te hubiera pegado una revolcada y quedaras viendo estrellitas, sin saber ni qué responder. Muy de la zona, y sirve tanto para el susto como para la confusión.
"Se fue la luz en plena exposición y el parcero se quedó toreado, mirando al curso como si le hubieran cambiado el libreto de un momento a otro."