Se dice de alguien que está pasadísimo de revoluciones, hiperactivo y sin freno, como si tuviera un motorcito adentro. No para de hablar, moverse o hacer cosas a mil, y contagia esa ansiedad al resto. Suele usarse en tono de broma, medio cargándolo, cuando alguien está re manija por café, mate o nervios.
"El Lucho cayó al laburo zumbando como un timbre, meta hablar y caminar en círculos, y eso que eran las ocho. Se clavó dos mates amargos y quedó re manija, no lo paraba ni el jefe."