Se le dice al que tiene pila infinita y se queda hasta el final de la fiesta, aunque ya anden barriendo y el sol esté asomando. No se raja, no se va y todavía quiere otra rola. En Puebla suena muy de compas, como elogio medio burlón para el que aguanta el reventón.
"No manches, Chucho, eres bien aguantafiestas: ya eran las cuatro, ya estaban cerrando y tú seguías con la cumbia y pidiendo otra chela."