Se dice de alguien que anda bien encabronado, tan furioso que parece que le sale humo por las orejas. Es como ir por la vida a punto de explotar por cualquier cosa, ya sea por coraje, estrés o un pleito. Muy gráfica y bien mexicana, de esas que pintan la escena sin esfuerzo.
"Llegó el jefe y ya andaba echando humo porque nadie imprimió el reporte. Yo nomás me hice el loco, agarré mi cafecito y me fui pegadito a la pared."