Se dice cuando alguien anda por el rancho o el pueblito, de visita o por temporada, y ya se está aclimatando al modo rural. Vamos, que se trae el plan campirano: botas, polvo en la ropa y horarios de gallo. Suena muy del norte y suele decirse con cariño o en plan cotorreo.
"Desde que cayó con la abuela a San Fernando anda ranchiando bien recio: ya se levanta al alba, trae botas y hasta presume que sabe ordeñar."