Se usa para decir que algo está muy sucio, descuidado o ya medio asquerosito de tanto uso. Puede ser un coche, unos tenis, la cocina o hasta el cuarto del compa que nunca barre. No tiene nada que ver con un puerco real, pero la imagen mental sí queda bien clara y hasta da risa.
"No manches, güey, lava esos tenis, ya están bien puercos, parecen los que usaste pa' cruzar todo el cerro en temporada de lluvias."