En Huila, calar se usa para hablar de un calor tan berraco que sientes que te derrite hasta las ideas. No es solo que haga calor, es ese clima implacable que te deja pegado a la silla y sin ganas de moverte. Es como si el sol se hubiera ensañado contigo, y hay que admitir que la expresión le hace justicia.
"Uy no, hoy sí caló durísimo, estoy sudando hasta pensando, me voy a servir una aguapanela bien fría antes de que me recojan derretido del piso."
En Sinaloa se usa para decir que mires algo o a alguien con atención, como para tantear el ambiente o descifrar qué onda con esa persona. No es solo echar un vistazo rápido, también es tratar de entender intenciones, humor o si algo conviene o no. Es como hacer un escaneo mental sin que el otro se dé mucha cuenta, y la neta se usa un chorro.
"Ey, va llegando el vato ese bien trajeado, cálale la finta a ver si viene a comprar o nomás a hacerla de emoción."