En Ayacucho, aparte de ser una calle angosta, callejón también se le dice al pata que siempre te salva las papas. Es ese amigo bien movido, con maña y contactos, que se mete en el lío contigo y encima lo resuelve. No es que sea santo, pero cuando se tranca la cosa, lo quieres al lado.
"Se nos quedó la moto en la punta del cerro y ya era de noche, pero el Callejón apareció con herramientas y en diez minutos ya estábamos rodando otra vez."