En Sinaloa se le dice así al camión o autobús que va lentísimo porque se para a cada rato, sube y baja gente en cualquier esquina y parece que nunca llega. Es el típico transporte que hace mil vueltas y te deja con la paciencia en la lona. No es insulto fino, pero describe perfecto el sufrimiento.
"Me fui en el camión guajolotero y entre paradas, señoras con mandado y el chofer echando plática, llegué a Culiacán ya de noche, bien desesperado."