En Risaralda se le dice chico de las onces al novio o pretendiente que solo aparece a la hora del cafecito con pan, buñuelo o lo que haya para picar. Es el que llega todo amoroso cuando hay onces, pero se esfuma cuando toca invitar, ayudar o ponerse serio. Básicamente, es un interesado con pinta de romántico.
"Mija, ese man es puro chico de las onces, llega todo meloso cuando hay pandebono y tinto, pero cuando toca pagar la cuenta se hace el que dejó la billetera en la casa."